Cuando voy de viaje siempre me salen muchísimas preguntas, de la más básica a otras más existencialistas. Muchas veces a las cuales no puedo responder, y quedan así, pendientes en el aire, en mi mente y al hilo del viaje…
En este recorrido por la isla de Chiloé (Chile), además de sus radiantes paisajes, ancestrales costumbres y calidez humana, me acompañó este íntimo «Libro de las preguntas» de Pablo Neruda (1974).
“A quien le puedo preguntar
qué vine a hacer en este mundo ?
Por qué me muevo sin querer,
por qué no puedo estar inmóvil?
Por qué voy rodando sin ruedas,
volando sin alas ni plumas?”
“Por qué los árboles esconden
el esplendor de sus raíces?”
“Verdad que es ancha la tristeza,
delgada la melancolía?”
“Las lágrimas que no se lloran
esperan en pequeños lagos?”
“Es verdad que las esperanzas
deben regarse con rocío?”
“Por qué en las épocas oscuras
se escribe con tinta invisible?”
“Y donde termina el espacio
se llama muerte o infinito?
Qué pesan más en la cintura,
los dolores o los recuerdos?”
“Amor, amor aquel y aquella
si ya no son, donde se fueron?
Ayer, ayer dije a mis ojos
cuando volveremos a vernos?”
“No es mejor nunca que tarde ?”
“Sufre más el que espera siempre
que aquel que nunca espero a nadie?
Donde termina el arco iris,
en tu alma o en el horizonte?”
“Fue adonde a mi me perdieron
que logré por fin encontrarme?”
Fotos tomadas con cámara analógica, isla de Chiloé, abril de 2015